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Something Precious…


Cuando has ido al cine últimamente, ¿Qué has visto?, yo suelo ir a ver películas norteamericanas, me fascina el cine “hollywoodense”, tan lleno de efectos especiales maravillosos, que te hacen pensar que todo es posible, que vuelven todo lo imaginable real.
Gracias a la magia del cine ya no es difícil ver a un dragón con escamas casi palpables volar por los cielos, ni tampoco a personajes de carne y hueso dialogar con humanoides azules de planetas distantes e inconquistables… o ver a una chica rubia medio loca y ausente correr tras de un conejo parlante, ni a un diseñador de sobreros bailando “frabuyantemente”…

Y que les digo de la música, me emociona escuchar voces famosas como la de Avril Lavigne, o bandas como Nickelback poniéndole magia a los entornos musicales, no me extrañan grupos épicos como los Beatles de vez en cuando… en fin, tantas cosas que nos hace soñar del cine de nuestros vecinos del norte, aunque entre tanto, ya nada me impresiona y cada vez quiero ver más…

Pero de repente un buen domingo, entré a una sala de cine, a buscar un cuento de hadas, yo ni siquiera había prestado atención a los cartelones de esa historia y ahora que lo pienso un poco creo que alguna vez vi un anuncio en otra película… pero cuando llegué a la sala en donde se exhibía “Precious”, lo primero que pasó por mi mente es…” creo que esta película es francesa”… aunque muy pronto me desengañé al escuchar la voz de una chica hablando inglés lentamente con un marcado acento de ”color”, y después ver una pañoleta roja caer bajo un puente… y un letrero que decía

HARLEM 1987

Y bien, comenzó a rodar la cinta, no había efectos loables y el avance de la trama era muy lento, nada como Transformes 1, en donde cuando menos te das cuenta ya está la impresionante batalla colosal en medio de la pantalla, y puedes ver la cabeza de “Optimus Prime” frente a ti en tamaño “real”… Nou! Aquí lo único colosal era la protagonista, y lo escribo con todo el respeto que me merece. Esta es la historia de una chica que creció y vivió en el barrio de Harlem en Nueva York tomada del libro Push de Sapphire (que no tendría el valor de leer)… la verdad al principio hasta pensé que me iba a aburrir un poco, pero pronto me encontré atrapada en el “Getto”.

Ahí estaba, Precious cocinando, como solía hacerlo todos los días para su madre, su amorosa madre que solía gritarle cosas tan dulces como “You fucking bitch”, y que algunas veces le arrojaba amablemente los aparatos eléctricos que tenía a su alrededor.

Ahí en medio de esa oscuridad, de las persianas cerradas de una casa de interés social, oscura y de dos pisos empezaba todos los días la vida de una joven de 17 años, en un barrio pobre y violento, entre calles con sonidos raperos que se funden con los insultos de los adictos al crack, en una amarga realidad sólo endulzada por los “sueños” que Clarice Precious tenía mientras estaba despierta, sobre ser una modelo famosa y ser amada por un chico de piel clara. Digo, ¿Quién no ha soñado despierto? La verdad yo suelo hacerlo todo el tiempo mientras estoy sola, parece que soñar es tan hermoso que es lo único que a nadie le está negado.

Debo decir que me gusta mucho este estilo de narrativa en donde se muestran los pensamientos de la protagonista conforme se presentan en su mente, parece que es fiel al estilo en que está escrita la novela, lo cual no puedo constatar, pero en mi confiabilisima fuente de información (la wikipedia) dice que a esta técnica en la literatura se le denomina Stream of consciousness.

Otra cosa que me gustó mucho de esta película a parte de las aspiraciones norteamericanas de dejar la industria para hacer arte, que resultó en una combinación de ambas, fue el soundtrack. En lo personal los géneros musicales que nos ha regalado nuestros hermanos afroamericanos me fascinan, puesto que son muy emotivos y transmiten mucha energía, así es como está ambientada la película Precious, no muy diferente a como sonaban Space Jam, los blancos no saben saltar, o Dream Girls incluso, y a decir verdad a veces me parecía que la música estaba desconectada de la trama y que los cantos eran lo único se movía en las solitarias calles del barrio, pero sólo meciéndome entre esas notas pude entender que la música alegre a veces es un escape de la tristeza que tenemos inmersa. Así es como en Precious puedes escuchar la esperanza del Gospel; la tristeza del Blues junto al clamor de su hijo el Rithm & Blues; el glamour de la Disco de los 70’s, un poco de rap ochentero y hasta el famoso discurso de Lutter King en el que afirma que “Todos los hombres fuimos creados iguales”, en fin entre todo este alboroto estaba Precious, justo como la esfinge: enorme y con la cara inexpresiva combatiendo la tristeza.
Algo que simpre me sorprende de muchas de nosotras las mujeres es que difícilmente perdemos la femeneidad, seamos como seamos y a pesar de todo. Así Precious se arreglaba odos los días y viéndose al espejo hallaba a una hermosa chica rubia y delgada reflejada en él.

Pero bueno, para que les cuento más, no se las vaya a “spoilear”, sólo les puedo decir que esta historia está hecha especialmente para “Todas las chicas hermosas que hay en el mundo” y que en particular me gustó una frase que leí en la película que no recuerdo con exactitud, pero decía algo como:

“Creo que hay personas que tienen luz propia… Tal vez sea porque estaban en un túnel, y no tenían otra luz para alumbrarse más que la que estaba en su interior, y cuando salieron del túnel siguieron brillando para hacer mejor la vida de otros”.

Yo creo en eso también, y pienso que si no conciben el cine sin efectos especiales, mejor no la vean, tampoco la vean si no toleran ver realidades más difíciles que la suya, y véanla si creen que su realidad es muy difícil, tal vez descubran que “Todo en la vida tiene algo de hermoso”, o quizá quieran escribir algo simplemente para que alguien más lo lea…

P.D. Les dejo un enlace del Original Sound Track de Precious